Mi nombre es Vanesa Díaz, natural de Cabo Blanco, en el sur de Tenerife.

Hace menos de un año, mi padre fue diagnosticado repentinamente con una enfermedad terminal. A lo largo de su proceso, nos enfrentamos a numerosos obstáculos que surgieron durante su evolución y desenlace. 

Residir en la zona sur de la isla limitó su acceso a la atención domiciliaria proporcionada por la unidad de cuidados paliativos, lo cual lo obligó a realizar numerosos traslados al Hospital de Ofra en Santa Cruz que eran agotadores y dolorosos, para él, en la parte física, y para nosotros, su familia, en la parte emocional.

Mi objetivo es lograr que las personas del sur de Tenerife que requieran cuidados paliativos puedan recibirlos lo más cerca posible de sus hogares o, incluso, en su propio domicilio, evitando el sufrimiento a pacientes y familiares. 

No somos de segunda categoría por residir en el sur de la isla. Todos los tinerfeños y tinerfeñas somos de primera.